El suflé (galicismo de soufflé) es un plato ligero elaborado al horno hecho con huevos (en concreto con las claras de los huevos) batidos y combinados con otros ingredientes y servido bien como un plato principal o bien como un postre. La palabra proviene del participio pasado del verbo francés souffler que significa ‘soplar’ o ‘inflar’.
En primer lugar, ¿sabía usted que hay dos tipos de soufflé? Para hacer uno de ellos, se baten separadamente claras y yemas de huevo, y luego se mezclan ambas con movimientos envolventes. A esta mezcla se añaden diferentes ingredientes, como queso, carne, vegetales, chocolate, licores, etc., con los condimentos correspondientes, y luego se hornea a unos 190º C de 35 a 40 minutos. Este soufflé queda muy bien cocido y firme en el centro. El segundo tipo es el clásico soufflé de postre francés. Para hacerlo, se combinan las yemas con el azúcar y los sabores deseados (generalmente chocolate o algún licor), y luego se incorporan las claras de huevo, previamente batidas a punto de merengue. Es importante unir todo suavemente, para que no se escape el aire de la mezcla. Esta se hornea a unos 260º C, de 12 a 15 minutos, para obtener un plato de textura ligera, húmedo en el centro. Para que un soufflé suba bien ningún soufflé queda en su punto si no sube lo suficiente al hornearse. Para lograr esto, recuerde lo siguiente: 1. Procure que los huevos estén a temperatura ambiente al comenzar. 2. Bata las claras hasta formar picos firmes, pero sin dejar que se resequen. 3. Si cocina las yemas, deje que se enfríen ligeramente antes de mezclarlas con las claras batidas. 4. Precaliente el horno con tiempo suficiente para que haya alcanzado la temperatura adecuada al momento de comenzar la cocción. 5. Mezcle suavemente las claras batidas a las yemas, usando movimientos envolventes. Nunca las bata. Claras y yemas deben quedar unidas, pero no mezcladas por completo.6. Añada a cualquier soufflé una clara más de lo que indica la receta.
Chef Oscar Díaz