LE SOUFFLE EN TAVOLA

sábado, 15 de octubre de 2011

COMO SON LAS COPAS PARA VINO

Las copas de los vinos no son un capricho ni una banalidad. Por el contrario, son el resultado de una sacrificada búsqueda realizada durante mucho tiempo, hasta encontrar el recipiente más adecuado para la transferencia del vino de la botella a la boca, su destino natural. Estas son recomendaciones para disfrutar mejor de un vino tinto: Paredes delgadas, incoloras, transparentes. Lógicamente, para apreciar el color. Paredes redondeadas. Se necesita que los aromas surjan de la base y se concentren en la parte superior, permitiendo así una mejor percepción del bouquet, gracias al espacio que permite que se combinen los olores. Bastante capacidad (¡obvio!). Las copas deben permitir una cantidad razonable de vino, sin que al servir se sobrepase la mitad de la capacidad. Por eso el vino necesita copas y no copitas. Nunca debe servirse utilizando la capacidad total de la copa, para permitir la acción de hacer rotar el líquido logrando así el ingreso del oxígeno en el vino, sin arriesgarse a la fatalidad de un derrame. Copas con pie de una altura mínima de 4 cm. Esto da dos ventajas. La primera es que se puede tomar la copa sin agarrarla por su cuerpo, que calentaría el vino y nos impediría apreciar su color. La segunda es que un pie adecuado permite la estabilidad y la elegancia. Hay que tener cuidado con algunas copas de pie larguísimo, pues éstas, si bien parecen muy elegantes en la mesa, son muy inestables al tener un centro de gravedad alto. Al menor roce caerán sobre la mesa o el suelo. Digo, si vamos a tomar vino es porque buscamos la perfección en otras cosas, no en gráciles movimientos motores. Si quiere cristales muy altos y de colores en la mesa, no use para ello las copas de vino, ponga un florero...
COMO ELEGIR UNA COPA PARA TOMAR VINO Las copas son fundamentales para disfrutar de un buen vino. No sólo es cuestión de tamaños sino también de diseños, ya que la manera en que el vino entra en la boca influye en la apreciación del gusto. Básicamente, el ideal es elegir la copa más grande para los tintos y las más pequeñas o medianas para el agua y el vino blanco. Hay cristalerías en el mundo que han sido líderes y revolucionarias en crear copas transparentes, sin tallar y con nuevos diseños para bebidas tradicionales. Entre otros ejemplos cabe destacar la copa para espumantes y las diversas propuestas para brandy y otros destilados que desterraron por completo al clásico balón. Podemos ampliar que la copa ancha de vinos espumantes es muy abierta en su boca, disminuye la presencia de gas carbónico y limita la apreciación de las burbujas y de aromas. Hoy, esta copa clásica llamada flauta, pasó a tener un diseño alargado y con la boca más cerrada que la anterior. Por su lado, la copa ideal para disfrutar de un Cognac es pequeña, con una boca más cerrada para poder apreciar las notas que los vinos de la región ofrecen y disminuir en nariz la alta concentración de alcohol. También se ha trabajado mucho en propuestas para vinos blancos y tintos de acuerdo al estilo que la cepa o denominación de origen les imprimen. Para los vinos tintos una de las copas más utilizadas es la conocida como “Burdeos”, creada para tomar los vinos provenientes de dicha región francesa, pero que se adaptan muy bien a los vinos de nuestro país ya que la misma suaviza los taninos (sensación de aspereza en la boca) en vinos jóvenes, acentúa el carácter frutal, y permite equilibrar los vinos. El tamaño generoso de esta copa permite desarrollar plenamente los aromas de los mismos. La copa denominada “Borgoña”, también como la región francesa, es ideal para vinos con carácter ya que su diseño permite que el vino se dirija directamente a la parte de la lengua que percibe la dulzura. Por su parte, la copa “Syrah” acentúa la riqueza frutal y modera la acidez elevada de los vinos elaborados con esta cepa. Si se tratara de un vino de guarda, lograría expresar aromáticamente su característico bouquet en una copa de cristal con un tamaño y diseño adecuados que permitan una buena aireación. Desde ya, hay copas diseñadas y pensadas para las cepas o uvas más importantes del mundo como lachardonnay o sauvignon blanc. Por último, para guardarlas hay que pensar en que éstas estén bien aireadas, que no tomen contacto boca abajo con las maderas de los muebles o las telas perfumadas con suavizantes especiales. Lo mejor es colocarlas boca arriba, colgadas o en racks de hierro tipo canastos. Antes de llevar las copas a la mesa, hay que darles el último toque que es el “fajinado”, repasarlas para darles el brillo perfecto. ¿Cómo? Se los cuento en otra nota.

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